La Ley de Leandra: Un año después
La construcción siempre ha sido un trabajo peligroso. Los trabajadores suelen tener que trabajar al aire libre en todo tipo de condiciones meteorológicas e incluso a grandes alturas, a menudo con maquinaria pesada o suministros. Trabajan muy cerca de equipos peligrosos, pueden estar expuestos a compuestos peligrosos, como el amianto que solía utilizarse para el aislamiento, y corren riesgos continuos, como caídas, electrocuciones y otros accidentes de construcción posiblemente mortales. Todos estos riesgos hacen que los trabajadores de la construcción tengan a menudo mejores salarios que otros obreros. Sin embargo, esos salarios más altos serán un consuelo frío si un accidente de trabajo se cobra la vida de un trabajador o los deja tan gravemente heridos que su carrera termina efectivamente. La triste realidad es que algunos trabajadores corren un riesgo mucho mayor que otros de sufrir accidentes mortales en el trabajo.
Los empresarios dispuestos a saltarse la ley laboral también pueden incumplir las normas de seguridad
Algunas empresas de construcción están ansiosas por contratar a empleados o contratistas indocumentados. Saben que es probable que estos trabajadores se quejen menos, trabajen más y posiblemente desconozcan sus derechos. Así, las empresas pueden salirse con la suya si no proporcionan el equipo de seguridad adecuado, la formación apropiada o lugares de trabajo seguros. Las estadísticas sobre muertes en la construcción corroboran la idea de que las empresas que contratan a trabajadores hispanos indocumentados, especialmente jóvenes, no dan prioridad a la seguridad de sus empleados. Según un informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional y la Sociedad Americana de Ingenieros de Seguridad, los inmigrantes hispanos menores de 25 años que trabajan en la construcción tienen que otros trabajadores de la construcción para un incidente de trabajo fatal.
La situación documental no afecta a su derecho a indemnización
Si se ha lesionado en el trabajo o ha perdido a un ser querido y no es un inmigrante debidamente documentado, puede pensar que no tiene derechos. De hecho, la empresa implicada podría incluso intentar amenazarle con la deportación si toma medidas contra ellos, solicita la indemnización de los trabajadores o presenta una demanda civil. Tales amenazas y acciones constituyen represalias contra un trabajador lesionado y violan la ley federal. Los empleados, independientemente de su situación documental, tienen derecho a un lugar de trabajo seguro, a una indemnización por accidente laboral y a emprender acciones legales cuando sus empleadores no los mantienen a salvo.
